El proyecto de la Unión Asiática de Compensación
La Unión Asiática de Compensación —ACU, según sus siglas en inglés—, que incluye a los bancos centrales y las autoridades monetarias de Bangladés, Bután, India, Irán, Maldivas, Birmania, Nepal, Pakistán y Sri Lanka, prepara el lanzamiento del análogo al sistema de intercambio de información bancaria occidental SWIFT.
La intención fue anunciada durante la última sesión de la organización, con el complemento, que otros países asiáticos y árabes, entre ellos Siria, podrían solicitar la adhesión al proyecto, revela un artículo del medio iraní Kayhan. Se espera que la introducción del sistema entre los miembros de la ACU podría tener lugar en junio y permitiría cubrir el 100% de las necesidades de los países miembros, sustituyendo completamente al SWIFT.
Entre las ventajas notables del nuevo mecanismo se destaca su capacidad de reducir el coste del intercambio de información financiera y de pagos entre los participantes. Se ha acordado, además, que parte de las transacciones se realicen con las monedas digitales de los bancos centrales de los países de la ACU.
El director general del Banco Central de Irán, Mohammad Reza Farzin, hizo hincapié en que la Unión Asiática de Compensación disfruta del importante papel estratégico en la economía mundial. Basando en los datos del Fondo Monetario Internacional, el funcionario indicó que los estados que componen la ACU representan cerca del 11% del producto interior bruto mundial en paridad de poder adquisitivo. La posible incorporación a la Unión de países como Rusia, China y Bielorrusia, lo aumentaría hasta alrededor del 29%. A escala de la población mundial, la participación de los países mencionados elevaría la representación de la organización del 25% de la población total al 45%, indica el texto.
El Banco Mundial detalló también los beneficios de la ampliación de la ACU. De acuerdo con sus estimaciones, la adición de China, Rusia y Bielorrusia llevaría al aumento de su cuota en el comercio mundial total del 3,5% actual hasta el 17,3%.
Lo importante es que la implementación del análogo de SWIFT responde al objetivo principal de la Unión Asiática de Compensación, que es la desdolarización de los intercambios financieros con el uso de monedas locales como una herramienta para reforzar las transacciones de cambio entre los nueve países miembros, concluye la publicación.
El Sistema Internacional de Pagos de China (CIPS)
Entretanto, unos 30 bancos rusos se han adherido al CIPS, un sistema chino paralelo a SWIFT, mientras decenas esperan que se aprueben sus solicitudes. Este paso facilitará un comercio y la logística más predecibles no solo para las grandes empresas, sino también para las pequeñas y medianas.
La necesidad de simplificar pagos lleva mucho tiempo planteándose, como el creciente volumen de comercio entre Rusia y China (casi un tercio el año pasado) requiere que estos sean rápidos y precisos. De acuerdo con el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, el 70% de las transacciones entre países ya se realizan en monedas nacionales.
Los últimos acontecimientos en la arena mundial han demostrado que la capacidad de pagar con rapidez y seguridad, independientemente del SWIFT, es esencial para una cooperación eficaz en varias esferas como energía, construcción, investigación y comercio, incluidas las importaciones paralelas. Si falla el pago, se retrasan las entregas y se interrumpe la logística, lo que constituye una amenaza para el negocio.
El número de bancos que desean unirse al CIPS no disminuye. El director ejecutivo de la Asociación nacional rusa de participantes en comunicaciones financieras (RosfinCom), Román Chérnov, señaló que el sistema se ha enfrentado con un considerable flujo de solicitudes, y, como consecuencia, algunos llevan meses esperando. Sin embargo, Rusia dispone de numerosos planes para el aumento de su participación en CIPS, incluso la conexión directa, dada la creciente participación del yuan en el volumen de negocio, desafiando al dólar.
Hace unos años, el sistema SWIFT era el principal sistema de procesamiento de pagos, pero en 2014, cuando los países occidentales amenazaron por primera vez con desconectar a Rusia del sistema, se crearon alternativas. Tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, varios países adoptaron sanciones contra Moscú, incluyendo la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas, la paralización de las reservas internacionales de su Banco Central y otras medidas restrictivas.
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