"Esperamos recibir unos 30 barcos de guerra, lanchas de combate y buques de apoyo más, según lo previsto, para finales de 2023", comunicó el comandante en jefe de la Armada rusa, Nikolái Yevmenov, en una reunión del Consejo Militar de la Armada.
En primer lugar, se reforzará la Flota del Mar Negro, considera el experto Dmitri Boltenkov, citado por el medio ruso Izvestia. El especialista supone que se trata de los pequeños portamisiles Karakurt del proyecto 22800 y el patrullero del proyecto 22160, como el Pavel Derzhavin. Su llegada al mar Negro aumentará notablemente la potencia de fuego de la agrupación en la dirección suroeste.
Además de las naves de superficie, se prevé que la Armada rusa recibirá cinco submarinos de última generación —tres de propulsión nuclear, como el estratégico Aleksandr III y el multipropósito Krasnoyarsk, y dos diésel— en este mismo año.
Según comunicó en marzo a Sputnik el director de la Corporación unida de construcción naval, Alexéi Rajmánov, se está trabajando para reducir el plazo de construcción de los nuevos submarinos nucleares. Conforme con sus palabras, un submarino nuclear se construye actualmente durante unos siete años, pero para el año 2028, está previsto que este período se reduzca a seis años.
Asimismo, Rajmánov afirmó que Rusia tiene previsto elaborar contratos estatales para la construcción de nuevas series de submarinos.
A modo de comparación, en 2022 la Armada recibió 6 buques de superficie, 3 lanchas de combate, 11 barcos de apoyo, así como un submarino de propulsión nuclear del proyecto Borey-A, el Generalísimo Suvorov, armado con misiles balísticos Bulava.
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