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sábado, 3 de junio de 2023

La Unión Europea se acerca a Taiwán: «Estamos eliminando el riesgo de la cadena de suministro de chips con China»

La Unión Europea se está moviendo, en silencio, lenta quizás, pero con cautela. A toro pasado se ven mejor los defectos y los fallos, por lo que da la impresión que Europa no quiere verse demasiado inmiscuida en los problemas de EE.UU. con China. Pero al mismo tiempo, necesitamos mejorar como continente, por lo que la Unión Europea, en el Seminario de Semiconductores Unión Europea-Taiwán, deja entrever que la cooperación de los dos presentes es clave para hacer una alianza férrea.

EE.UU. tiene bien atada a Taiwán con una mano, mientras que con la otra está potenciando su industria para hacerla más competitiva. Si todo va bien, Intel volverá a liderar en chips en 2025, 2026 a más tardar, salvo que TSMC mejore, que ya lo está intentando. Entre tanto, la Unión Europea también se acerca a Taiwán mientras China observa, y al mismo tiempo, al país de los chips le interesa tener otro gran aliado. 

¿Qué se ha hablado en concreto en el seminario?

La Unión Europea necesita capacidad, Taiwán necesita investigación y desarrollo y mano de obra cualificada, China pierde.

Se está dando una sinergia impresionante entre ambas potencias. Taiwán enfrenta una crisis de talento, y no porque no tenga ingenieros y mano de obra cualificada, sino que le falta, mucha de hecho. En Europa tenemos mano de obra cualificada y gran talento, pero faltan FAB en el continente. Nadie es perfecto, pero con esa visión, sin tanta política de por medio, ambas potencias están cada vez más cerca.

Lucilla Sioli, Directora de Inteligencia artificial e Industria Digital de la Comisión Europea dijo textualmente que:

"Aunque la industria europea de semiconductores es líder en investigación y desarrollo, equipos de fabricación y materias primas, se enfrenta a brechas de capacidad en lo que respecta a la propiedad intelectual (PI), diseño digital, herramientas de diseño, fabricación y embalaje. A la Unión Europea le falta la capacidad de trasladar su destreza en investigación y desarrollo a nuevos mercados. La Ley Europea de Chips con 43.000 millones de euros, finalizada el mes pasado, tenía como objetivo en parte "cerrar la brecha entre el laboratorio y la fábrica"

Alemania lidera en este campo con Sajonia, donde se centran empresas de todo tipo, pero es que Polonia no se queda muy atrás. El país ha hecho una inversión mil millonaria y años después está dando sus frutos. Actualmente tienen 250 empresas en la industria de la fotónica y la microelectrónica, muchas punteras. Hablamos de diseño de circuitos, semiconductores, OLED y láseres de precisión.
Taiwán quiere más apoyo para la industria de la fabricación de semiconductores

Ya lo dijo TSMC cuando aterrizó en Sajonia: hace falta más inversión. Todo es un tema de dinero, ha sido, es y será siempre así. El Director del programa de Asia del grupo de expertos Institute Montaigne con sede en París, lo dejó bastante claro en el seminario al decir que las políticas en incentivos europeos se seguían desarrollando en ese investigación y desarrollo e innovación, pero ahora, con la Ley CHIPS, se abre un camino para las oportunidades de la cadena de suministro para las pymes taiwanesas.

Por último, con Sioli a la palabra, esta quiso dejar claro que la Unión Europea no está siguiendo una estrategia para desvincularse de China a costa de Taiwán, sino que está "eliminando el riesgo" de su cadena de suministro. En otras palabras, Europa, como EE.UU. ha dependido demasiado de China y cuando esta se cerró, se dieron cuenta de que la estrategia de delegar todo en dicho país era débil. Europa se volvió dependiente, y ahora intenta diversificar su estrategia atrayendo fabricantes a nuestras tierras y llevando nuestro talento a otros países amigos, como lo será Taiwán.

Un acuerdo mutuo que acerca a TSMC a Europa

Por lo tanto, el hecho de que haya este acuerdo mutuo no escrito es un claro paso adelante para que TSMC acabe de aterrizar en Europa, ahora falta el dinero que piden desde Taiwán para hacerlo. Una vez más, y como crítica tras lo aprendido, teniendo el talento y a ASML, no se comprende cómo Europa no destina el dinero a desarrollar su propia empresa para fabricar chips de alto rendimiento, o usa una de las que ya tiene para impulsarla.

No es fácil, no será barato, llevará más de una década, pero los beneficios son obvios, y si no, que se lo pregunten a EEUU, Corea del Sur o la propia Taiwán. Dicho esto, dentro de lo malo, parece claro que Europa se fraterniza con un potente aliado de la industria de los semiconductores, y eso es una buena noticia.

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