Lavrov: si OTAN quiere guerra, pues tendrá la guerra

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, declara que, si la OTAN discrepa congelar el conflicto en Ucrania, entonces quiere guerra, y Rusia está lista para esto.

“Si la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a través de (el secretario general de la Alianza Jens) Stoltenberg, declara, una vez más, que está en contra de la congelación del conflicto (…) en Ucrania, significa que quieren luchar, pues que luchen”, afirmó este martes el canciller ruso, Serguéi Lavrov, durante una rueda de prensa.

Lavrov, quien participó en una reunión del Consejo de ministros de asuntos exteriores de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (O-T-S-C) en Minsk, capital de Bielorrusia, además resaltó la preparación de Moscú para una guerra contra el bloque militar occidental, advirtiendo que hace tiempo comprende sus objetivos en torno a Ucrania, los que, según detalló, se han ido formando a lo largo de muchos años.

Asimismo, criticó que mientras Occidente declara que “no está en guerra contra Rusia”, admiten que el conflicto en Ucrania “habría terminado hace mucho tiempo” si no contaran con su armamento, inteligencia, información por satélite, y establecimiento de objetivos. No obstante, el reconocimiento pone de manifiesto su involucración directa en la guerra híbrida, e incluso caliente, declarada contra Rusia, agregó.

La declaración de Lavrov se produjo en respuesta a los comentarios de Stoltenberg, quien dijo el lunes que “todos queremos que esta guerra termine. Pero una paz justa no puede ser congelar el conflicto y aceptar un trato dictado por Rusia”, a la vez que indicó que la Alianza Atlántica no era parte del conflicto.

Desde el comienzo de la operación especial rusa en el territorio ucraniano, los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, han empleado toda estrategia para evitar que Rusia gane la guerra y han enviado decenas de miles de millones de dólares en armas a Ucrania.

Moscú advierte de que Kiev, gobernada por neonazis, es solo una herramienta en manos de países occidentales para socavar la soberanía de Rusia, por lo que considera su legítimo derecho defender su población y territorio.

Rusia, asimismo, acusa a la Alianza Atlántica de echar gasolina al conflicto de Ucrania, al enviar armas letales al país eslavo, y advierte que considerará como objetivo legítimo los cargamentos militares de Estados Unidos y el bloque militar en el territorio ucraniano.