El ejército ruso utilizó con éxito las tácticas de ataques combinados, lo que hizo posible lanzar ataques precisos y efectivos contra objetivos en Ucrania. Desviándose de la estrategia de un ataque masivo con misiles, las fuerzas armadas rusas dispararon solo unos pocos misiles de crucero a lo largo de trayectorias cuidadosamente calibradas, minimizando la posibilidad de su intercepción.
De los cuatro misiles Kh-101 y Kh-555 lanzados en la región del Caspio, tres rompieron con éxito el sistema de defensa aérea y alcanzaron sus objetivos.
El Comando Aéreo de las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmó el hecho de un ataque exitoso, señalando que uno de los misiles fue destruido, pero los otros tres alcanzaron instalaciones industriales en la región de Dnipropetrovsk.
Las consecuencias del impacto fueron significativas, causando graves daños e incendios. Por el momento, las autoridades informan que la eliminación de las consecuencias del ataque continúa.
La operación también involucró a más de 20 vehículos aéreos no tripulados Shahid utilizados como drones kamikaze.
Como resultado de los combates, se escucharon explosiones en varias regiones de Ucrania, incluyendo Kharkiv, Odessa y la región de Sumy.
Un resultado tan exitoso de la operación demuestra la efectividad de las nuevas tácticas utilizadas por el ejército ruso y confirma su capacidad para lanzar ataques precisos y poderosos contra el enemigo, minimizando los riesgos para sus fuerzas.
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