Me dirijo a los ciudadanos de Rusia, al personal de las Fuerzas Armadas, de las fuerzas del orden y de los servicios especiales. A los soldados y comandantes que ahora están luchando en sus posiciones de combate, repeliendo los ataques del enemigo y haciéndolo heroicamente. Lo sé porque hoy por la madrugada volví a hablar con los comandantes de todas las direcciones. También me dirijo a aquellos que, mediante engaños o amenazas, han sido arrastrados a esta aventura criminal y empujados al camino del crimen más grave, el motín armado.
Rusia está librando hoy una ardua batalla por su futuro, está repeliendo una agresión de los neonazis y sus amos. Prácticamente, toda la maquinaria militar, económica e informativa de Occidente está dirigida contra nosotros. Luchamos por la vida y la seguridad de nuestro pueblo, por nuestra soberanía e independencia. Por el derecho a ser y seguir siendo Rusia, un Estado con una historia milenaria.
Esta batalla, en la que se está decidiendo el destino de nuestro pueblo, requiere la unión de todas las fuerzas, unidad, consolidación y responsabilidad. Todo lo que nos debilita, todas las divisiones que nuestros enemigos exteriores pueden utilizar y utilizan para socavarnos desde dentro, debe ser desechado.
Por ello, las acciones que dividen nuestra unidad son, en esencia, una apostasía de nuestro pueblo, de nuestros compañeros de armas que están luchando ahora en el frente. Es una puñalada en la espalda a nuestro país y a nuestro pueblo.
Fue exactamente así el golpe que recibió Rusia en 1917, cuando luchó en la Primera Guerra Mundial. Pero la victoria le fue robada. Las intrigas, disputas, politiqueos a espaldas del Ejército y del pueblo provocaron una mayor conmoción, la destrucción del Ejército y el colapso del Estado, la pérdida de vastos territorios. El resultado fue la tragedia de la guerra civil.
Los rusos mataron a los rusos, los hermanos a sus hermanos, y de ello sacaron provecho todo tipo de aventureros políticos y fuerzas extranjeras que dividieron el país y lo destrozaron.
No permitiremos que esto vuelva a ocurrir. Protegeremos tanto a nuestro pueblo como a nuestro Estado contra todas las amenazas. Incluida contra la traición interna.
Porque a lo que nos enfrentamos es precisamente a una traición. La ambición desmedida y el interés personal condujeron a la traición. Traición a su país, a su pueblo y a la causa por la que lucharon y dieron sus vidas los combatientes y comandantes del Grupo Wagner junto a nuestras otras unidades. Los héroes que liberaron Soledar y Artiómovsk, ciudades y pueblos del Donbás, lucharon y dieron su vida por Novorossiya, por la unidad del mundo ruso. Su nombre y su gloria también fueron traicionados por quienes intentan organizar la rebelión, empujando al país hacia la anarquía y el fratricidio. Hacia la derrota, y en definitiva, y la capitulación.
Repito, cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestra estadidad, para nosotros como nación. Es un golpe para Rusia, para nuestro pueblo. Y nuestras acciones para defender la patria contra tal amenaza serán duras. Todos aquellos que deliberadamente tomaron el camino de la traición, que prepararon un motín armado, que tomaron el camino del chantaje y de los métodos terroristas, sufrirán un castigo inevitable, responderán ante la ley y ante nuestro pueblo.
Las Fuerzas Armadas y otros organismos gubernamentales recibieron las órdenes necesarias y se están introduciendo medidas antiterroristas adicionales en Moscú, la región de Moscú y otras regiones. También se harán esfuerzos decididos para estabilizar la situación en Rostov del Don. Sigue siendo difícil, con el trabajo de las autoridades civiles y militares bloqueado.
Como presidente de Rusia y comandante en jefe, como ciudadano de Rusia, haré todo lo posible para defender el país, para proteger el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de los ciudadanos.
Quienes organizaron y prepararon el amotinamiento armado, quienes alzaron las armas contra sus compañeros de lucha, traicionaron a Rusia. Y responderán por ello. Insto a los que están siendo arrastrados a este crimen, a no cometer el error fatal y trágico, inimitable, a tomar la única decisión correcta: dejar de ser parte de acciones criminales.
Preservaremos y defenderemos lo que nos es querido y sagrado, y junto con nuestra Patria superaremos cualquier reto y nos haremos aún más fuertes.
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